Un poema que escribí hace cinco años, conciso sobre todo.
No quería dañarte, podría empezar de muchas
formas a escribir este poema, pero me remito a ti
falto de mayores argumentos relevantes,
e insisto, arrepentido, sin más…
Tú dirás que no es un poema, dirás que es un
discurso estratégico, lo compararás con nuestro
tiempo. Yo sólo responderé que no quería dañarte:
mi culpabilidad depositada en tres palabras.
Ves que no soy sabio, ni siquiera puedo
articular una excusa apropiada para tranquilizarte.
Un día lejano tal vez puedas perdonarme,
te volverás a verme sin ti arrepentido.
No hay más que decir, me voy a perderme
lejos de nuestras noches, para siempre lejos.
Debo confesar que alguna vez tuve miedo
de quedarme pegado para siempre a tu piel.
lunes, 5 de abril de 2010
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