Oniricidio

Nuestra rueda usada para mover precauciones, de nada ha servido,
sino de cómplice homicida, lo que encierra entre manos es lo que
la verdad reclama: memoria incestuosa y veleidad; si sobreaparece,
si sonríe con displiscencia, es porque obedece al recaudo otoñal.
Apoya sobre testarudeces un mentón grande para cuestionamientos
vanos, no conoce la verdadera expiación, por si su mirada ardiera
presa de errores imperdonables, pero se corta las venas con un lirio
y llora junto al lugar donde transcurrieron sus mañanas pueriles.
De nadie es el aposento oscuro, no obstante, en cuanto llueve
acuden a su refugio los descalzos de esta historia; tú, yo, y
aquella diligencia que rueda, corre, salta y vuela, sobre los cielos
marinos, así el rodar temprano por donde deriva su andar insomne,
con palabras importuna la verdadera intensión, palabras que son
incendios y fríos regazos, y han puestoentre juramentos correcciones
no tan puntuales como necesarias. La salvedad podría ser una
fruta incierta si las circunstancias apuntan al centro de tu temperamento.

Dispersión

Para la chica que me besó en sueños.


Soñaba con chicas de Seúl y Luxemburgo, tranquilamente, en cuando el timbre del móvil me dió un vuelco estrepitoso. Apenas pude alcanzar, no sin esfuerzo, mi celular, pues mis últimas experiencias amorosas le asestaron tal paliza a mi autoestima, que un quebrantamiento generalizado mantiene enyesada mi voluntad y podría figurarse como una abulia lasciva, la cuestión era que se trataba de Marcos, quien gritaba desde la bocina, entre groserías y con una voz minúscula, que lo acompañara a alguna tienda a comprar artículos para su pc, la cabeza me daba vueltas, como si agujeros negros se colaran desde mi percepción, o el zumbido televisivo se confabulara contra mí, víctima de un espionaje alienígena. Le dije que lo sentía, que hoy estaba en la dimensión desconocida y él reclama como una gestante en la sala de espera, sus palabras tiran los cabellos a mi psiquis y pienso, antes de colgar, que era precisamente lo que su rechazo reclamaba como expiación; aquella formulación espontánea retumba en mis sesos. Mi cabeza hierve, el psicoplasma rebalsa: hidrocefálea momentanea que se expande y contrae. Hoy desperté vuelto un aperitivo exofago; simplemente los muros, los libros, las pantallas me exhalan o un extraño catalizador ioniza mi usualidad extructurada; sentado junto a la puerta falsa, afuera los niños se estrangulan entre sí gritando de alegría con los ojizuelos desviados, hay algo adentro que amenaza con explotar y no me refiero a la gastritis de feriado, sino a un comburente inflamando mi sangre. Respiro, respiro, reviso mis fotografías acuáticas, siempre funciona, nosotros solíamos cantar una canción, pero era un desastre en la guitarra entonces, bah, no quiere funcionar y mis dedos se amarran entre sí a la vez que mi pensamiento, en un amacijo mis esperanzas se disgregan. Los pájaros trinar escondidos en la vid, ¿canción o blasfemia? un gato maulla y él también carece de una mayor gama fonética, los segmentos carecen de significado fuera del contexto estructural, los diálogos de Kafka son una verdadera envidia, en cambio tengo un gran espejo donde me figuro un salón mercurizado y oval. Hace un año me visitó un Malhalim y yo le oí Malhaí, nunca podré descifrar la estructura del tiempo solamente sospecho que deben despreciarse los móviles que hasta ahora creemos comodines y dejar los locus vacíos. ¿conocen el proverbio esltuto: si no encuentras quien te halague, hazlo tú mismo? Desde luego, ahora les toca divertirme, tengo el corazón vendado, el corazón cuadriculado y seguramente venden en teleservicios algún artefacto supernovedoso y de diseño industrial seductor a la psicología de las masas que sirva a mi descaecimiento. Cuando el último pétalo abandona la corola reseca, se funde una bombilla eléctrica (y qué seguro médico reconoce el tiempo de vida delfilamento de tungsteno), se avería un microbus lleno y los niños ahuecan sus cuadernos a borrones, todo en perfecta sincronía correspondiente, supongo que no es precisamente lo que se entiende por ritmo de la vida o sobrepoblación malthusianista("y cómo vamos a detener un día la procreación si nuestro instinto básico es procerar, procrear, procrear con aquellos más queridos"). Como mis mandíbulas, mi pensamiento necesita mantener su masticación, entre preceptos establecidos puedo hacerme un karaoke. Estoy desayunando y pensando, las guerras entre hombres y máquinas podrían tener lugar cuando éstas últimas logren discernir entre el ser y la nada más allá de la simple negación binaria, yo planeaba escribir un cuento cyberpunk acerca del rebrote de la "Sociedad de los hombres verdes" en la "Era de Capricornio", bajo el desierto Gobi, una casta de anticristos contra el mismísimo Isvara; mi mente nunca se satisface de pasatiempos inconsecuentes. Cómo iniciar una nueva vida sin morir, por momentos no deseo estar para nadie, borrar lo que soy, o al menos lo que creen que soy, desde mi generación, volverme invisible o como un gel proteiforme y tixotrópico, que dé alas a su veleidad, hay tantos agravios pegados, cual chicles, a mi verdad, detracciones hechas con sinsabores, mentiras mal mentadas por mentes tendenciosas u ociosas, en fin, una cacería de brujas nocturna con antorchas y trinchas como las que emprendían los luddistas a las casas de los terratenientes ingleses. Espero el mundial con impaciencia o la muerte, ojalá que el mudial llegue primero, y no es que este sea un manifiesto anunciando mi inminente suicidio sino que tanto el cigoto como el nonagenario estan condenados a muerte y no es ninguna proposicion problemática o asertiva, lo que ustedes digan en contraposición seran juicios analíticos intranscendentes. Hoy mi hermano me leía algo acerca de los tropos, como unidades significativas distintas entre sí, no ornamentadas artísticamente, sino correspondientes perfectamente en un marco contextual. Siempre aparto a las personas ¿Seré erofóbico? eso sería completamente metafísico, va en contra de los instintos, lo peor es que no sé si exista un caso similar: acabo de inventar el término.

S/T

Cuando un perro se enamora, no es más aquel que deambulaba hurgando la basura de la esquina de cualquier barrio, como antecesor del servicio municipal, buscando encontrar desperdicios frescos y suculentos huesos, por si la vida le ha hecho conocer su bota en el hocico con una patada de media distancia, o el ámbar de los postes, por lívidas calles, bajo el cielo moka, le despierta la fatiga en sus ancas, endurecidas por el trajín diario, o le hace jadear con la lengua afuera. Es cuando por primera vez reconoce un punto cardinal más allá de su orientación olfativa, enarbola la cola a la vez que las orejas y hasta resulta curioso verle garboso, ya no persiguiendo sonoramente los micros, cuando, antes de rayar el alba, bocinantes, salen al trabajo; o aullando a los intrusos hechos del suspenso que trae consigo la madrugada (porque la madrugada también tiene corazón canino) sino que se le divisa muy de paso ante las puertas de talleres, picanterías y casas particulares, entre escolares que vuelven del colegio y señoras llegando a prisa para ver la telenovela; sus patas breves parecen hacerlo patinar por la acera, salta ágilmente la verja-justo a tiempo-, cuando, con un plato de galletas, el niño espera, pensando que éste ha permanecido todo el día por los alrededores. No niega una caricia su cabeza perruna ni su hocico, lame las manos del infante, aunque es muy discreto, y puede deberse al tiempo que vivió con una anticuchera, esperando la estima de los comensales; pero ve en los ojos de éste niño una ceguera más colorida que el mundo real de la vida diaria, como si aquel niñuelo bebiera con su vista del cielo azul, de los jardines vestidos con flores y demás alegrías, sin conocer las inoportunidades de camada, cuando un cachorro se queda sin teta; y siente la necesidad de protegerlo, pues sabe, aunque sin entenderlo perfectamente, que por cada pulga que se rasca con molestia, los hombres poseen una preocupación, que le escuece justo ahí, donde la vida le niega unos centímetros a su alcance. Mueve la cola y saltonea, agazapándose de derecha a izquierda, luego va tras de la pelota.

S/T

No toques mis miedos vestida con el pasado,. Escucha cuánto destino refiere
la tarde sobre el frío mármol, los espumarajos cubrieron las
cepas ¿ escuchas sus alas blancas estirándose hasta el confín?
Y qué animal de pradera vuelve su vista al cielo nocturno
sin tropezar con la luna. Dueles, mi tranquilidad sin nido no
puede dormir en una zanca, aunque las horas siseen
dulces, acuarelables; lo mismo dan los juncos o los crisantemos
cuando de frío se trata. Qué piano es ese que llaman melancolía,
qé intérprete esa que llaman muerte, la substancia acústica
inunda desde otras noches para despertar la intranquilidad.
Oh padre caos, hasme despertar entre el rosicler y la azulidad diurna,
ahora esa desnudez palpable cobra dominio y apariencia
en su generación mirífica. Aparato descompuesto soy
cuando la soledad me acompaña, la más insensata insensatez,
el viento innombrado zapatillando sobre las altas copas.
Y tú, recostado en las afueras con la noche.