Un sábado aburrido

Quizás mañana no pueda escribir, mejor hacerlo ahora.


Si estas bajando música a dos manos, pidiéndole como una puta a la descarga que acabe, o te has quedado encerrado en tu cuarto entre turbación y más-turbación, no tienes amigos o te has peleado con ellos: da lo mismo, devoras la programación del sábado por la noche en angustiosas cucharadas; no estas en ningún lugar, piensas demasiado en lo que podrías hacer afuera para estar aquí y entender la película o aprehender la primera página del libro que ahora parece escrito en ideogramas, buscas algo sencillo sin encontrar el interés usual, tampoco se halla en ningún instrumento, tratas de dormirte, es sábado, te alistas llevado por un impulso irreprimible, vas y buscas a un pata, pero su vieja te dice que ha salido temprano, sospechas que esta en otra cosa, te compras un pucho en el kiosco ( uno solo porque el sencillo que tenías se lo diste a un ciego en el micro temprano y pensándolo bien él nunca sabrá quien lo hizo así que no fue pragmático plantar esa sefira entonces).
Te conectas al Messenger, no hay un miserable, solamente los desadmitidos, huevos! el tránsito en la internet esta lento, abres la misma página diez veces sin el menor interés, te metes al blogger a escupir alguna insensatez y navegas por los links hacia aguas desconocidas, leyendo post de personas que nunca conocerás, pero que comparten los mismos pasatiempos, todos esnobs, y recuerdas a un amigo de Quilca que se burlaba de los “arty” ; puedes sentir esos egos gritando por toda la red, inflados como zeppelines, jactándose de los fantásticos que son, entonces los vez a todos juntos, petit-mâitres, conectándose todos con imágenes para mostrar interesantísimas y nicks sobre los que han pensado mucho, en estas fechas más aún, pero no hay problema en eso, cada quien tiene derecho a ser, no hay problema en ser, el problema es que te encuentras banalizado, empiezas a pensar cosas terribles sobre la naturaleza humana y el equilibrio biológico perdido a causa del sometimiento, embrollas ideas parcializadas y rendido enciendes la tele y te quedas viendo comedias de lo más contento.